El Cazador de Sueños, que en su día, creo recordar, fue fulminada por la crítica especializada, supone una de las mejores películas marca Stephen King que se han realizado últimamente (amen de la excelente La Niebla), y que dirigió con bastante brío y haciendo gala de una enorme desvergonzonería, el bueno de Lawrence Kasdan(guionista de las primeras secuelas de Star Wars, y director de los clásicos contemporáneos Fuego en el cuerpo, Silverado o Wyatt Earp). Desconozco hasta qué punto es fiel la adaptación de Kasdan a la novela de King (que por cierto escribió a mano mientras se recuperaba de aquel desafortunado accidente automovilístico que tuvo en 1999), pero una de las grandes bazas de la película es la fuerte carga sexual y homosexual que contiene.
Para empezar, estos amigos ya pueden reunirse en una cabaña y hacer cosas tan de hombres como cazar o charlar sobre zorras y folleteo, que todos saben que el extraño poder que Duddits les dio les ha convertido en “raros”, como ellos mismos se autodenominan. De hecho, resulta curiosa esa relación materno filial que mantienen con Duddits, y esa nana que Beaver-niño (Reece Thompson) le canta al retrasado no sin antes decir a sus amigos: “esto no se lo digáis a nadie”. Todos ríen por la cursilería de la canción, pero finalmente acaban tan conmovidos como el propio Duddits. Ha nacido entre ellos algo más que una amistad, y lo saben (aunque nadie se atreva a decirlo). Así pues, las trágicas vidas que llevan estos cuatro amigos y las charlas sexuales que entablan (se llega a hablar incluso de viagras [¿no se les pone dura con las chicas, tal vez?]), cogen una nueva dimensión que el espectador puede recoger si gusta: todos ellos son gays que no se sienten cómodos con su orientación sexual.
La primera incursión alienígena-gay con la que se topan (ver "peeping toms", más abajo) es, no por menos, un tipo con las tetas hinchadas que no para de peerse y eructar. Ese bulto o inflamación que tiene en el pecho, pero, comienza a bajar y se desplaza a su vientre dotándole el parecido de un señor… ¿embarazado? Ambos ríen y bromean acerca del Sr. Embarazado, pero cuando este sale de cuentas en el lavabo y caga literalmente un enorme gusano con forma de polla y con una boca que emula una vagina dentada, la cosa cambia totalmente. Ya de primeras tenemos un claro ejemplo de uno de los mayores temores del hombre: ser violado y desgarrado analmente por un cuerpo extraño, en este caso un amenazador extratarrestre con forma de pene. Según el propio Stephen King, - vean la entrevista que incluye el DVD -, con esta escena el escritor quería darle una vuelta de tuerca (muy libre, claro está) a la famosa secuencia del lavabo de Psicosis, y precisamente en la película de AlfredHitchcock ya se trataba el tema de la homosexualidad y el travestismo de un modo nada disimulado.
La segunda incursión alienígena-gay es aún más explícita si cabe y tiene que ver con la mujer del Sr. Embarazado, que también está contaminada por ese extraño gusano pollil: mientras Henry se larga a pedir ayuda, Pete se queda frente a la Sra. Embarazada y se emborracha mientras ella toma una pequeña siesta. Es durante esta borrachera cuando Pete empieza a bromear y habla con la Sra. Embarazada como si entre ellos existiera una relación matrimonial/amorosa. Pete sabe que es un completo desastre con las chicas, y fantasea con ser el hombre duro y rudo que se emborracha y mantiene una charla con su esposa, novia o amante. Pero no se puede engañar así mismo, así que por culpa de la borrachera se levanta y pega una enorme meada no sin antes escribir en la nieve el nombre de su querido “Duddits”. Acto seguido aparece el gusano y le come la polla. Si, si, se la come. Más adelante, Pete es visitado por Jonesy (que está poseído por el gusano), y le dice: “cómeme los huevos, hijo de puta”. Así que Jonesy se convierte en un alienígenasuper gayer y se lo zampa. “Está bien Pete”, le dice, “te comeré los huevos… ¡Y todo lo demás!”. ¡Ñam!
Existen innumerables diálogos y situaciones claramente homosexuales durante toda la película (de hecho, se aconseja verla en V.O. para captar más chistes [el alienígena malo es llamado Sr. Gris, es decir, Mr. Grey en ingles, pero Duddits, al no vocalizar demasiado bien dice Mr. Guey {o sea Mr. Gay}]), así que sería un poco estúpido enumerarlas todas. Pero como último detalle resaltaré el interesante personaje que hace de contrapunto a estos hombres “raros”. Un genial (y cejuno) Morgan Freeman interpretando al rudo y varonil Coronel Abraham Curtis. Un tipo sin escrúpulos ni sentimientos que no dudará en aniquilar a cualquiera que se interponga en su misión de destruir a los aliens maricas. Y eso incluye castigar a todo aquel que ose desafiar sus órdenes, como el bueno Owen (Tom Sizemore), que tras una pequeña charla con Henry decide cambiar de bando (¿o quizás de acera?), y le ayuda. Una de las secuencias más graciosas es cuando ambos huyen por la nieve en coche, y Henry le ve la pistola a Owen. “Guauuu, que pistolón”, le dice, “¿me la dejas ver?”. Paradójicamente se trata de la pistola que le regaló el machote del Coronel Curtis, que a su vez le fue obsequiada por el mismísimo… ¡¡John Wayne!!
Lo dicho, una película muy interesante que merece ser vista (y revisada), y que hará las delicias de todo aquel que se considere amante de las películas de monstruos y alienígenas. No por menos la película está plagada de guiños a Alien, el octavo pasajero de Ridley Scott.